A la escuadra dirigida por Dunga no se le hizo fácil la clasificación, sobre todo después de un debut para el olvido, 0-2 contra México y con Robinho como el único que “sacó la cara” por los verdeamarelos.
A pesar que los brasileños no trajeron a gran parte de sus figuras clasificaron sin mayores inconvenientes, pero no convencieron, al menos en la fase de grupos, ya que no se veía un Brasil lleno de fútbol y de “joga bonito” como se está acostumbrado, sin embargo había que esperar el gran golpe. Recién en cuartos de final el pentacampeón empezó a gustar contra un Chile estático que jugó “parado” todo el partido. Y los resultados están a la luz, un 6-1 contundente a favor de los brasileños que arrasaron a una selección que tampoco hizo muchos esfuerzos por igualar las acciones.
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